¿Por Qué Mi Perro se Come Sus Heces? Causas, Riesgos y Soluciones para la Coprofagia
En Pasión Veterinaria, sabemos que hay comportamientos de nuestros perros que nos pueden causar gran desconcierto, y pocos son tan desagradables y extraños como la coprofagia, el hábito de comerse sus propias heces o las de otros animales. Si has notado que tu perro come heces, es natural que te preocupes por su salud e higiene. La coprofagia es un comportamiento sorprendentemente común, y se estima que afecta a uno de cada seis perros de forma regular.
La coprofagia puede tener múltiples causas, y aunque a veces es un simple instinto, en otras ocasiones es una señal de que algo no anda bien. Su origen puede ser desde problemas nutricionales o de salud hasta razones puramente conductuales. Ignorar este hábito no solo es antihigiénico, sino que también conlleva riesgos para la salud de tu mascota, como la transmisión de parásitos o la ingestión de tóxicos.
Comprender por qué tu perro se come sus heces es el primer paso para abordar y corregir este comportamiento. Este artículo te guiará detalladamente a través de las causas más comunes de la coprofagia, te alertará sobre los riesgos asociados y te dará consejos prácticos y efectivos sobre cómo manejarla en Colombia.

1. Causas de la Coprofagia: ¿Por Qué Ocurre este Comportamiento?
La coprofagia es un fenómeno complejo que puede tener orígenes médicos, nutricionales o conductuales. El diagnóstico correcto de la causa es la clave para un tratamiento exitoso.
A. Causas Médicas y Nutricionales
Estas causas deben ser las primeras en descartarse, ya que pueden indicar un problema de salud subyacente que requiere atención veterinaria.
Deficiencias nutricionales: Es una de las causas más comunes. Un perro con una dieta de baja calidad puede buscar nutrientes, vitaminas o minerales (especialmente vitaminas del grupo B) en sus heces para compensar una carencia. Esto ocurre a menudo en perros alimentados con comida casera mal balanceada o con alimentos comerciales de baja calidad.
Mala absorción de nutrientes: Incluso con una buena dieta, el perro puede tener una condición (como una insuficiencia pancreática exocrina o una enfermedad intestinal) que le impide digerir y absorber los nutrientes de forma adecuada. Esto hace que sus heces contengan nutrientes no digeridos que él intentará re-ingerir.
Parásitos intestinales: Una infestación severa por gusanos puede causar una deficiencia nutricional y malestar gastrointestinal, lo que lleva al perro a comer heces en un intento por auto-calmarse o compensar la falta de nutrientes.
Condiciones médicas: La coprofagia puede ser un síntoma secundario de enfermedades como diabetes, síndrome de Cushing, problemas tiroideos o anemia, que afectan el apetito y la absorción de nutrientes.
Ingesta por medicamentos: Algunos medicamentos, como los esteroides, pueden aumentar el apetito de forma notable, haciendo que el perro ingiera todo lo que encuentra.

B. Causas Conductuales y de Comportamiento
Si el veterinario descarta un problema médico o nutricional, el origen del comportamiento podría ser emocional o conductual.
- Aburrimiento o falta de estimulación: Un perro que no recibe suficiente ejercicio físico y mental, o que pasa mucho tiempo solo, puede aburrirse y desarrollar comportamientos compulsivos, como la coprofagia, para entretenerse. Esto es común en perros de apartamento o en entornos poco estimulantes.
- Ansiedad o estrés: Los perros ansiosos o estresados pueden desarrollar coprofagia como un mecanismo de auto-calma. Esto puede ocurrir por ansiedad por separación, miedos a ruidos fuertes (pólvora) o castigos severos.
- Búsqueda de atención: Si cada vez que tu perro se come sus heces, tú corres a gritarle o a regañarlo, él aprende que este comportamiento es una forma efectiva de conseguir una reacción tuya, incluso si es negativa.
- Limpieza del entorno: En el caso de las perras, es natural que coman las heces de sus cachorros para mantener el nido limpio. Algunos perros adultos pueden replicar este comportamiento para «mantener limpio» su espacio.
- Comportamiento exploratorio: En cachorros, es común que usen la boca para explorar su mundo. Probar sus propias heces u otras puede ser parte de este proceso de descubrimiento.
2. Riesgos de la Coprofagia: Más Allá de lo Desagradable
La coprofagia no es solo un hábito poco higiénico; conlleva riesgos serios para la salud de tu perro.
Transmisión de parásitos: El riesgo más grave. Si tu perro se come las heces de otros animales (perros, gatos, etc.), puede ingerir huevos y larvas de gusanos intestinales. Aunque se coma las suyas, puede re-infestarse.
Ingestión de bacterias y virus: La ingestión de heces puede exponer a tu perro a bacterias como E. coli o Salmonella, así como a virus que causan enfermedades graves como el parvovirus canino.
Ingestión de tóxicos o medicamentos: Las heces de otros animales pueden contener residuos de medicamentos que pueden ser tóxicos para tu perro, como medicamentos para el dolor o pesticidas.
Problemas de mal aliento y salud dental: El contacto constante con heces puede agravar el mal aliento y aumentar el riesgo de infecciones en la boca.

3. ¿Qué Hacer y Cuándo Preocuparse? Un Plan de Acción Efectivo
Si tu perro come heces, es fundamental abordarlo de forma estratégica, empezando por descartar la causa médica.
Cuándo Preocuparte e Ir al Veterinario Inmediatamente
Si la coprofagia de tu perro se acompaña de cualquiera de los siguientes síntomas, debes acudir al veterinario de inmediato:
- Pérdida de peso inexplicable a pesar de comer bien.
- Letargo extremo, debilidad o desorientación.
- Vómitos o diarrea persistentes, especialmente si hay sangre.
- Abdomen hinchado o tenso.
- Signos de dolor evidente al tocarlo.
- Sospecha de haber comido heces con tóxicos o medicamentos.
Pasos a Seguir si el Perro no Presenta Síntomas de Urgencia
Si tu perro parece estar bien, pero el comportamiento persiste, el plan de acción es el siguiente:
- Consulta Inmediata al Veterinario: Este es el primer y más importante paso. Tu veterinario realizará un examen físico, análisis de sangre y un examen coproparasitológico (análisis de heces) para descartar deficiencias nutricionales, mala absorción, parásitos u otras enfermedades.
- Ajusta la dieta y los suplementos: Si la causa es nutricional, tu veterinario te recomendará un alimento de alta calidad o suplementos de vitaminas (como la B12) o enzimas digestivas.
- Aborda las causas conductuales:
- Eliminación inmediata: Retira las heces de tu perro inmediatamente después de que defeque. Si no están ahí, no puede comérselas.
- Incrementa la actividad: Asegúrate de que tu perro reciba suficiente ejercicio físico y mental diario. Usa juguetes interactivos, juegos de olfato y sesiones de adiestramiento.
- Proporciona alternativas: Ofrécele juguetes masticables o interactivos que puedan satisfacer su necesidad oral.
- Redirige su atención: Cuando veas que va a comer heces, distráelo con un juguete, una golosina o un comando y recompénsalo.
- Usa disuasores de sabor: Existen productos de grado veterinario que se añaden al alimento del perro y hacen que sus heces tengan un sabor muy desagradable. Consulta a tu veterinario para que te recomiende un producto seguro y efectivo.
- Entrenamiento positivo: Enséñale el comando «Deja» o «No» de forma consistente y con refuerzo positivo. Recompénsalo cuando deje las heces en paz.

Ejemplo de Éxito: El Caso de Max y la Coprofagia por Aburrimiento
Max, un Beagle de 2 años en Bogotá, desarrolló un persistente hábito de comer heces. Sus dueños, preocupados, acudieron a su veterinario, quien, tras un examen completo, descartó cualquier problema médico o deficiencia nutricional. El diagnóstico fue coprofagia por aburrimiento y falta de estimulación.
El plan de acción fue multifacético. En lugar de regañarlo, sus dueños:
- Aumentaron el ejercicio: Pasaron de un paseo de 20 minutos a dos paseos de 40 minutos diarios, incluyendo más tiempo en el parque para olfatear y socializar.
- Implementaron enriquecimiento mental: Reemplazaron su plato de comida por un juguete interactivo dispensador de croquetas, y escondían golosinas por la casa en sesiones de juego de olfato.
- Actuaron de inmediato: Al salir al jardín, supervisaban a Max y retiraban las heces inmediatamente, distrayéndolo con un juguete en cuanto hacía sus necesidades.
En pocas semanas, el comportamiento de Max desapareció por completo. El caso de Max demuestra que, con el diagnóstico correcto y un enfoque conductual paciente y proactivo, la coprofagia puede ser completamente superada.

Preguntas Frecuentes sobre la Coprofagia en Perros
Aquí respondemos a las dudas más comunes de los dueños de mascotas en Colombia sobre por qué sus perros comen heces y los riesgos asociados:
¿Es normal que los cachorros se coman sus heces?
En los cachorros, la coprofagia puede ser un comportamiento exploratorio normal, ya que usan la boca para conocer su entorno. Sin embargo, puede ser una señal de deficiencia nutricional o parasitosis. Es recomendable consultar al veterinario, ya que la ingestión de heces conlleva riesgos de transmisión de parásitos y bacterias, y puede ser un signo de que tu cachorro no está recibiendo una dieta balanceada.
¿La coprofagia siempre indica que a mi perro le falta algún nutriente?
No siempre, pero es una de las causas más comunes. Un perro con una dieta de baja calidad o con problemas de absorción intestinal puede recurrir a la coprofagia para intentar compensar una deficiencia de vitaminas (especialmente las del grupo B) o minerales. Es por eso que el primer paso para abordar este comportamiento es una evaluación nutricional y un examen de heces por parte de un veterinario.
¿Qué riesgos corre mi perro al comer heces de otros animales?
El riesgo más grave es la transmisión de parásitos intestinales, como gusanos y protozoos. Las heces de otros animales (perros, gatos, roedores) pueden estar contaminadas con huevos y larvas de parásitos que pueden infestar a tu perro. Además, puede exponerlo a bacterias como E. coli y Salmonella y a virus que causan enfermedades graves como el parvovirus canino.
¿La coprofagia puede ser un síntoma de ansiedad o aburrimiento en mi perro?
Sí, puede serlo. Los perros ansiosos, estresados o aburridos pueden desarrollar comportamientos compulsivos para auto-calmarse, y la coprofagia es uno de ellos. Esto es común en perros que pasan mucho tiempo solos, que no reciben suficiente estimulación mental o que tienen miedo a los castigos. Si tu veterinario descarta una causa médica, es muy probable que el problema sea conductual y requiera un plan de manejo.
¿Cómo puedo evitar que mi perro se coma sus heces sin regañarlo?
El regaño no es la solución, ya que puede aumentar su ansiedad y empeorar el comportamiento. Para evitar que lo haga:
- Elimina las heces inmediatamente después de que defeque.
- Incrementa su actividad: Asegúrale suficiente ejercicio físico y mental diario.
- Proporciona alternativas: Ofrécele juguetes masticables o interactivos que puedan satisfacer su necesidad oral.
- Redirige su atención: Cuando veas que va a comer heces, distráelo con un juguete, una golosina o un comando y recompénsalo por la obediencia.
¿Hay algún producto que se le pueda dar al perro para que sus heces le sepan mal?
Sí, existen productos de grado veterinario, como tabletas o polvos, que se añaden al alimento del perro y hacen que sus heces tengan un sabor o un olor muy desagradable para él. Estos disuasores de sabor pueden ser efectivos en algunos casos. Sin embargo, debes consultar a tu veterinario para que te recomiende un producto seguro, efectivo y apropiado para tu perro, y para que se usen como parte de un plan integral que también aborde la causa subyacente del comportamiento.
¿Es verdad que la coprofagia es más común en perros de ciertas razas?
Aunque no es un comportamiento exclusivo de ninguna raza, se ha observado que la coprofagia es más común en algunas razas de perros, como los Pastores de Shetland, los Collies, los Labradores y los Golden Retrievers. Sin embargo, puede afectar a perros de cualquier raza y tamaño. En general, se asocia más a perros que son muy inteligentes, o que tienen un fuerte instinto de limpieza.
JSON